Barcala, Washington

Washington Barcala, pintor uruguayo, nacido en Montevideo en 1913, se nacionalizó español.

Entre 1934 y 1941 estudia en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo con el profesor Guillermo Laborde y en 1942 conoce a Joaquín Torres García.

Durante los años 40 intensifica su labor artística y en el 49 funda el grupo Carlos F. Sáez. En 1950 realiza su primer viaje a Europa y reside durante un año en Madrid, donde asiste a las clases de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Durante algún tiempo regresa a Montevideo y colabora para el mundo del teatro.

En 1975 se instala definitivamente en Madrid y su obra empieza a adquirir proyección internacional. Obtiene la nacionalidad española meses antes de su muerte en 1993.

Dentro de sus exposiciones individuales pueden mencionarse las de la galería Estudio Theo (1989 y 1992) y entre las colectivas América Latina: geometría sensible, celebrada en el Museo de arte Moderno de Río de Janeiro, Brasil, (1978).

En la actualidad su obra está representada por la galería madrileña Guillermo de Osma.

Hijo único de una familia con ascendencia española e italiana, se formó compartiendo juegos y estudios con tareas en la fábrica de cajas de cartón propiedad de sus padres. Allí trabajó con una materia prima que, muchos años más tarde, emplearía en su obra. Barcala se familiarizó entonces con el cartón, con la máquina de coser, y con las cajas, todas palabras clave para entender el mundo creativo de su madurez. El lenguaje de Barcala no sólo es de pintor, sino que se despliega en las vecindades de otras disciplinas. Se puede afirmar que es un pintor de los límites, de las fronteras.

Fue a mediados de los años 60, después de haberse iniciado en el mundo del arte como pintor figurativo y abstracto, cuando comenzó a explorar su lenguaje creativo más personal. En España encontró el lugar y los estímulos propicios para su aventura creativa, contenida en sus cajas, objetos pictóricos construidos con trozos de madera, telas, hilos, cartón, palos, papeles, puntadas…, proponiendo silenciosos y sutiles paisajes emocionales.

Barcala logró una obra personal, coherente y rigurosa, utilizando un lenguaje íntimo y, en ocasiones, hermético.

Su producción se ha desarrollado en torno a tres estilos: la pintura figurativa (1946-1950), seguida por un intermedio de ocho años sin actividad plástica; la pintura abstracta e informalista (1961-1964) –es la etapa de las Chatarras–, y su estilo más personal, durante la última etapa de su carrera artística, desde 1967 (etapa de las Cajas). Para expresar su pensamiento, Barcala no utiliza ni los tradicionales lienzos, ni las ortodoxas pinturas sino que hace acopio de otros materiales con los que se siente libre, con los que logra crear su estilo, su lenguaje.